domingo, 12 de octubre de 2008

BOTOX PARA EL CORAZÓN
Todas las mujeres que conozco (y alguno que otro hombre que se cuida) debemos hacer ejercicios y dietas para vernos y sentirnos bien. Los sacrificios van desde taparnos la boca hasta tomar agua caliente, limones en ayunas, dietas, las famosas vendas frías, parches calientes, agua de calaguala, y eso sin contar que tenemos que andarnos depilando todas partes, echarnos cremas, ungüentos, menjurjes, inyectarnos cuanta mierda nos digan, maquillarnos profundamente para obtener un “look natural”.
Lo que pasa es que con tanta babosada que nos echamos, con tanto tiempo que invertimos en lo que pudiera considerarse una vanidad, nos olvidamos de algo que va de la mano con verse bien por fuera (yo creo que es MÁS importante aun): verse y estar bien por dentro y con nosotros mismos. Y ese es un error grave. Dice el dicho: “La mona aunque de seda se vista mona se queda.” Que cierto.
Podemos estar a la moda, con los mejores accesorios, el cuerpo de Madonna, la cara de Nicole Kidman, pero que pasa si nuestro interior esta dormido o hecho pedazos o débil?
Lo único malo es que para el corazón no hay botox.
Pero si hay muchas cosas que podemos hacer para que nuestro interior sea fuerte y sano y por consiguiente feliz. El interior se alimenta del autoestima. Podemos recibir refuerzos positivos (ala puchis, ya hasta sueno pura Psicóloga) de todos los que nos rodean, pero si no me “la creo” o si no nos queremos a nosotros mismos, de nada va a servir. Lo mismo pasa con las criticas o refuerzos negativos que recibimos, si les damos mucho valor, entonces estamos jodidos. Por eso es que tenemos que hacernos un profundo examen personal para poder evaluar lo bueno y lo malo en nosotros, lo que se tiene que botar y lo que se tiene que quedar. Reconocer limites y capacidades, pero hay que ser objetivo, no debemos mentirnos a nosotros mismos.
Si luego del examen vemos que nuestro interior esta dormido o débil o destrozado, pues a trabajar duro para levantarnos. No hay de otra, NADIE nos puede ayudar, NADIE puede cambiar por nosotros, es un trabajo en solitario y da mucho miedo enfrentarse a nuestros peores temores: los sueños sin cumplir.
El círculo vicioso es muy sencillo: si no logramos nuestras metas o sueños nos frustramos. Si no estamos realizados nos frustramos. Si estamos frustrados irremediablemente nos amargamos y resentimos y eso hace que nuestra fuerza interna se debilite y solo deja espacio para energía negativa que es lo que mata el autoestima.
El círculo “saludable” es igual de sencillo: si logramos metas y sueños –por pequeños que sean- nos realizamos. Esa realización nos hace fuertes, sube nuestra autoestima, la energía positiva nos hace mas determinados, lo que resulta es personas más seguras, felices y sobre todo fuertes.
Y esa “felicidad” personal la vamos a transmitir a los que nos rodean, de la misma forma en que podemos contagiar a los demás de nuestra miseria.
Nadie puede tomar las riendas de nuestra vida, mejor dicho nadie debería tomar las riendas de nuestra vida. De la misma forma que nadie puede meterse en nuestro interior y mágicamente hacernos felices, tampoco nadie puede quitarnos ni arrebatarnos nuestra fuerza interior. Suena a cliché, pero somos los dueños de nuestro destino y más importante somos responsables de nuestra felicidad.

No hay comentarios: