martes, 16 de junio de 2009

FATHER FIGURE

Para mi una definición muy personal de un padre es la persona que luego de engendrar un hijo lo cuida, ama y se preocupa por su bienestar mental, físico y emocional. Bueno, a mi no me toco eso. Ni por asomo. En ese sentido solo tuve dolor, rencor, inestabilidad y nada, pero nada de amor. Pero…esas situaciones nos hacen ser quienes somos hoy y sobre todo la vida me compensó con creces con dos excelentes figuras paternas en mi vida: mi abuelo y el papa de mis hijos.
De los primeros recuerdos que tengo en la vida es la clase de amor que me tuvo hasta el último momento mi “papa Paco”. Su ternura y comprensión siempre presentes en mi niñez. El era la única persona que me podía controlar cuando era chiquita y berrinchuda (mi marido hubiera tenido que pedirle el secreto). Siempre me consintió y mi familia es testigo que a pesar que el siempre fue un hombre serio y bastante enojado, nunca (en serio que nunca) hubo de su parte un regaño para mi. De el aprendí muchas cosas: como hacer funcionar un carburador, como manejar en la lluvia, como martillar, como usar cada una de las herramientas -lo que a la fecha me fascina-, a apreciar las cosas sencillas de la vida, el amor por México, a nunca darme por vencida, a ser creativa para vencer los problemas (su frase favorita sacada de alguna película vieja era: “no hay nada que un oficial alemán no pueda hacer”).
Con el pasar de los años, se volvió mi cómplice en varias borracheras y escapadas que tuve con un par de amigas. Pobre mi viejito, nunca me dijo que no. Con orgullo puedo decir que junto con mi hermano, yo fui sus dos ojos, lo que me trajo mas de un problema con el resto de la familia. El supo siempre del amor que yo le tuve y no puedo olvidar como se emocionaba cuando yo le traía algún recuerdo de algún viaje, aunque fuera una tontería, el siempre alardeaba de lo que la “nena” le había regalado.
Desde que conocí a Gerardo pensé que iba a ser buen padre y no me equivoque. El se apega perfectamente a la descripción que doy de un padre. Es mas, en el me basé para poder hacer esa descripción. José Gerardo acaba de hacer un ensayo para el día del padre y me conmovió muchísimo ver cuanto lo ama, lo mucho que lo admira y no saben el gusto que me da saber que ellos tienen el padre que yo siempre quise para mi. Mis hijos saben (no creen, ni piensan, lo saben con certeza) que su papa los ama, los cuida, los protege y defiende, que daría la vida por ellos y por la familia.
¿Que tienen en común mi papa y Gerardo? Los dos me aman, yo los amo a los dos y al final de cada día el olor de sus camisas es el mismo y es el abrazo de ellos donde me gusta refugiarme y sentirme protegida, pero este año solo tendré el abrazo de mi marido…Que Dios los bendiga a los dos y les recompense por tanto amor!!

miércoles, 3 de junio de 2009

120 GIGAS

Ayer me regañaron porque mi compu tenia muy poca memoria, o memoria muy corta o como se diga. Eso me llevo a pensar que menos mal los humanos no somos así -bueno…algunos al menos-pues no necesitamos que nos metan una memoria mas grande para poder almacenar recuerdos, eventos y personas. Claro que con el asunto de la edad el Alzheimer ataca sin piedad, pero hay momentos que nadie nos puede arrancar de la memoria. Ahora estoy engasada oyendo un disco de Fito Páez y dice en una canción: “Hay recuerdos que no voy a borrar, personas que no voy a olvidar, hay aromas que me quiero llevar, silencios que prefiero callar”.
Y eso es justo lo que yo decido: quedarme con los buenos momentos, los buenos recuerdos de todas las personas que me importan. Los malos recuerdos, las malas experiencias…esas que se queden en hold, no olvidadas, solo en pausa, pues aprendemos de los errores y experiencias negativas. Pero…¿para que me voy a amargar y concentrarme solo en las cosas negativas? Con que fin voy a ir almacenando y guardando cajas pesadas cargadas de odio, amargura, rencor. No puedo gastar mi energía en eso, me quemaría inevitablemente pues esa carga pesada si que puede llegar a llenar el disco duro de mi memoria y no dejar espacio para lo que verdaderamente vale la pena.
Personalmente, me molesta mucho la gente “desmemoriada”, eso raya en ser malagradecidos y para mi ese es el peor defecto que alguien puede tener, pues si soy malagradecida…¡¡uy!! Se puede esperar cualquier cosa mala de mí. No puedo (ni quiero) ir por la vida olvidando lo que la gente ha hecho por mi, el cariño y amor que me han dado, la amistad que me han brindado, la ayuda recibida, las risas compartidas, los buenos momentos disfrutados.
Vos que estas leyendo esto, (si, vos!):
¿Te acordas de las veces que nos hemos cagado de la risa?
¿De las veces que hemos querido componer a los demás?
¿Cuando fuimos cómplices de aquella travesura?
¿De las veces que me he quejado con vos?
¿De las alegrías que te he compartido? Bueno, puede que sea tarde, pero hoy te digo: ¡¡GRACIAS!! Oficialmente formas parte de mi memoria, de mi corazón y de mi vida y te garantizo que tengo mas de 120 Gigas.