sábado, 8 de mayo de 2010

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE LONDY

Como preámbulo para quien no sepa quién es la Londy, es la joven y voluptuosa protagonista del escándalo de la Corte Suprema de Justicia, pues siendo simple asistente del Presidente de la CSJ (aquí conocido como el “pelón”), se la llevó a Brasil a un carísimo viaje de “trabajo” con gastos pagados, como traductora (¿!?!?) y ella muy hábilmente sudó hasta la última gota de su sueldo…pero en la cama y en la playa me imagino…

A mí me gusta trabajar. Pocas cosas me dan tanta satisfacción como tener un papel en las manos y darle vida en otro idioma, darle sentido, añadirle mi sazón personal. No quisiera pecar de soberbia y orgullosa (noooo ¡para nada!) pero ¡puchis! soy buena en lo que hago… tengo la experiencia, el conocimiento, la creatividad, la paciencia y dedicación necesarias para este oficio. Entonces ¿porqué no hay trabajo? Bueno, si hay pero no lo suficiente o no lo que uno quisiera, tampoco estoy para irme a un call center, a refundirme con 843 cerotes semi-adolescentes, talvez hace 20 años. Uno quisiera a veces un empleo como el de la famosa Londy, que lo lleve a uno a viajar por el mundo con gastos pagados, pero lo jodido es que como parte del plan de prestaciones tiene uno que encamarse al pelón libidinoso ese...Y allí está el problema, que en esta sociedad machista muchas veces (que conste que no estoy generalizando) tiene uno que ser media loba o loba completa para conseguir algo bueno y yo francamente ya no tengo ni la edad, ni el físico, ni la gana de andar conquistando el mundo laboral con la vagina en lugar de usar mi cabeza. Si uno a estas 4décadas va a una entrevista donde no lo conocen, se fijan en cosas como la senilidad (tradúzcalo a estado de los senos), la vitalidad (ganas y disposición de coger) y los conocimientos generales (pero de las posiciones del Kamasutra) en lugar de ver el CV. Que conste que en esas áreas también tengo mi certificación ISO 2010- 999 -sa´nigua- pero es solo para escalar posiciones con mi pareja. Bueno, como si fuera poco los “viejos” de mi edad o un poco más grandes solo se fijan en tipas de 25 a 30, no son como el Tiger Woods que a todo le entra. Yo creo que vengo a estar en el “range” de chochos de más de 65 años…¡¡qué consuelo!! Así es a veces el mundo laboral en este lado del trópico para las mujeres cuarentonas…para eso mejor sigo sudando parejo en el gimnasio, que el día que valga pisto la onza de sudor, ese día me patrocino yo sola un viaje a Brasil, sin necesidad de aguantar a ningún pelón.