jueves, 13 de noviembre de 2008

MEMORY STICK
Bien dicen que “Hijos pequeños, problemas pequeños”. Todavía me recuerdo de cuando mi Jose era bebe, le hacíamos cosquillas y se reía a morir, puros esos bebes que salen en los videos de YouTube. A esa edad los problemas con los hijos son que no quieren comer, que se escaldan, que no se toman la medicina, que a las 8 les entra la hora cero. Y bendito sea Dios no es que tengamos problemas serios o de salud con el, pero ahora a los 14 anos nos ha tocado la primera prueba dura, y no se todavía cual será el resultado.
Resulta que perdió Primero Básico y debe repetir. La pregunta era: ¿repite o se va del colegio? Consultamos psicólogos, pedagogos, sacerdotes, amigos, familiares, astrólogos y cuanta persona estaba dispuesta a darnos consejo, pero la toma de la decisión se hacia igual de difícil. En la mañana se decidía una cosa y al atardecer ya se había cambiado. Obviamente tomamos en cuenta su opinión y allí se nos complico la mierda, pues fue cuando me di cuenta que el pobre estaba pasando un momento amargo y estaba francamente deprimido. ESO nunca lo había vivido: ver a mi hijo debatirse, sufrir (que no se nos olvide que a esa edad, el ambiente del colegio lo es TODO para ellos) y el sin saber que hacer (bueno, si sus padres no sabían que hacer como lo iba a saber el…)
Lo que no hubiera dado por evitarle ese trago amargo, pero a la vez, me pongo a pensar que no le puedo quitar esa responsabilidad a el. Se tiene que dar cuenta que todas nuestras acciones tienen consecuencias, buenas o malas. Y eso es la esencia de la vida. Toda acción tiene una reacción.
El otro día oí una frase que decía algo así como: Ahora a mi edad me doy cuenta plenamente de todas las posibilidades y oportunidades que tuve hace 20 anos. Y nosotros como padres sabemos eso, sabemos que nuestros hijos están llenos de un futuro lleno de posibilidades, sabemos de sus capacidades y limitaciones, de su inteligencia y quisiéramos como meterles a fuerza una memoria USB para que ellos aprendieran de nuestras experiencias, para que ellos sintieran lo que nosotros sentimos en esos momentos que hemos tenido o para que no pasaran por los malos ratos, PERO NO SE PUEDE -no se debe- y tenemos que sentarnos a la orilla y verlos vivir su vida, cometer sus errores y aprender de ellos aunque les duela, pero cuánto mas nos duele a nosotros que ellos tengan que aprender con los golpes. Les podemos dar consejos, hacerles graficas, esquemas, analisis multivariados, dendogramas, pero solo van a aprender por la propia experiencia.
Y eso es que es un problema pequeño, que tiene solución y cuenta con nuestro apoyo, no me quiero ni imaginar lo que les espera vivir, solo me queda gozarme esos momentos de “lucidez” en la adolescencia cuando se me acerca a darme un beso, me abraza y me dice “mama te quiero”. Y tengo que coger fuerzas porque quien sabe como le va a tocar a mi Francesca, eso si que va a ser duro…mejor me la disfruto cada momento de su niñez.


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