miércoles, 6 de mayo de 2009

THE MOTHER OF ALL JOBS

Ser madre…uuufff!!! Que bonito sentimiento. No quiero parecer un cliché y decir que es lo mejor que me ha pasado en la vida…pero si, así es.
Ser madre (y padre) es algo dulce-amargo, pues los hijos le dan a uno las mayores alegrías, las más lindas satisfacciones, pero de igual forma los dolores o angustias mas fuertes nos vienen de verlos sufrir a ellos.
Pero en este Día de la Madre, no quiero hablar de las madres convencionales, sino de las extraordinarias: aquellas que son madres solas, solteras, viudas, divorciadas -como sea- pero que sacan a sus hijos adelante, lo hacen bien y lo hacen solas.
Las que tenemos la dicha de tener un buen esposo y padre a nuestro lado, podemos entender fácilmente lo que significaría estar solas: tener que levantarnos de madrugada, dejar casa arreglada, llevar niños al colegio, ir a trabajar, regresar de trabajar, ayudar con las tareas, lavar ropa, cocinar, tratar de descansar y así día a día, se pasan los meses y los años y la vida.
Eso sin mencionar cuando los hijos se enferman y hay que faltar al trabajo, no solo esta la angustia de sus hijos, sino que se estresan porque las pueden despedir…y entre problemas y satisfacciones, van dejando vida, sueños, juventud con tal de sacar a sus hijos adelante. Y no me dejarán mentir, pero la gran mayoría de hijos de madres solas, son los mejores hijos, con valores mas fuertes, con carácter sólido, con una percepción mas real de la vida porque han recibido y han sido testigos de primera mano del amor incondicional, sin egoísmos y sobrenatural que conlleva el ser madre soltera.
Y ser madre es un trabajo que termina hasta el día de nuestra muerte –sin ganas de ser dramática- pues el amor de madre hace que nos preocupemos de los hijos siempre, sean de dos años o de sesenta. Firmemente creo que el vínculo de las madres con los hijos no se acaba ni con la muerte misma, ese amor tan denso, tan fuerte, tan entrañable que les tenemos a los hijos no puede ser vencido por algo tan “simple” como la muerte.
Hoy quiero darle gracias a Dios por permitirme ser madre de dos hijos maravillosos y ante todo por haberme dado la madre que me dio: fuerte, trabajadora, incansable…sola. Quien sabe los sueños que tuvo que dejar de lado por sacarnos adelante a mi hermano y a mí… ¿Bastará un simple gracias?

1 comentario:

Gerardo Galvez dijo...

Mi amor: Sos una mujer extraordinaria, que Dios te bendiga por todo lo que nos has entregado. Pero principalmente por la lecciòn de cambio, de transformacion completa que has tenido. Sos una mariposa completa!!!!!!!