domingo, 28 de diciembre de 2008

POPOROPOS

Para mi cumpleaños Gerardo me regalo una membresía para el gimnasio. Me encanta el regalo, aunque no deja de parecerme irónico que si soy yo la que voy a sudar, es el quien al final va a disfrutar de los “resultados”… nadie sabe para quien trabaja.
Me fascina observar a la gente y en un gimnasio se ve toda clase de personas, desde los solteros (y a veces hasta casados) que van a ver que consiguen y se hacen los muy sexies; los se hacen un “queso” haciendo ejercicios y están a muy poco de desgarrarse o que les de un infarto por hacer demasiado; los viejos verdes (y viejas también) que van a poner cara de orgasmo viendo a los del sexo opuesto; los nerdos que tratan de hacer la rutina con celular en mano, I-Pod, botella de agua, llaves, cronometro, la banda Polar: juro que solo les falta un GPS!! No faltan los entrenadores que solo le ponen coco a las solteras, delgadas y jóvenes… y el resto: que se haga mierda haciendo mal sus ejercicios.
Pero los que mas me dan “cosa” son los poporopos: ya saben, los que están tan mamados que parecen inflados, puros poporopos, si ni siquiera pueden cerrar los brazos, por favor!!! Es lindo ver un cuerpo bien formado, con los músculos en su lugar, definidos, un poco mamados incluso, pero no a ese extremo. Pero cada quien su rollo, no? Para los gustos se hicieron los colores y no le hacen daño a nadie.
Personalmente voy porque me encanta sudar, saber que quemo calorías, que saco mi energía de forma saludable, que empujo mi limite cada día mas, que estoy saludable y es que esta comprobado que esa “adrenalina” que dan los ejercicios es adictiva y yo ya estoy “hooked”.
De la misma forma que hay un gimnasio para el cuerpo, debería de haber uno para la mente, uno donde uno pudiera retar su inteligencia, ejercitar su madurez, llegar al limite de la imaginación, quemar las malas energías, con rutinas para el buen humor y el positivismo, pero para eso esta la vida real, o no?

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